Jamás dejes tu móvil debajo de la almohada

Los teléfonos móviles inteligentes se han convertido en instrumentos tan esenciales, que muchos no los sueltan ni para dormir: se van con ellos a la cama para repasar Twitter, mandar algún Whatsapp o para mirar Instagram hasta que la somnolencia les puede. Y como los móviles cuentan con alarma, ni siquiera los apagan. Tan solo los ponen debajo de la almohada y se despiden de ellos hasta la mañana siguiente. 

Pero esta práctica tan común puede ser muy peligrosa. Así lo ha advertido la Policía de Nueva York, que ha publicado en su cuenta oficial de Twitter una serie de imágenes de colchones quemados por culpa de teléfonos móviles. 

 

Según advierte el NYPD, los smartphones que son guardados debajo de la almohada y que permanecen encendidos toda la noche pueden sobrecalentarse hasta el extremo de combustionar o incluso explotar. 

Pero los policías no son los únicos en advertir de este peligro. David Berardesca, jefe de bomberos de la ciudad de Hamdem (Connecticut, Estados Unidos), asegura en declaraciones concedidas a la NBC que “estos dispositivos necesitan ventilación”. Y si se dejan en la cama pueden causar un grave problema. 


Berardesca sabe lo que dice. Él y sus compañeros tuvieron que acudir a las 4 de la mañana a una casa en la que la habitación de un adolescente estaba en llamas. Al parecer, el joven había dejado el móvil debajo de su almohada y conectado a la red eléctrica, algo que multiplica las posibilidades de sobrecalentamiento. 

Pero ese no es el único caso, ni mucho menos. En Texas, una chica de 13 años llamada Ariel Tolfree sufrió quemaduras de consideración tras prenderse fuego su cama por culpa de un Samsung S4 que dejó cargando bajo la almohada, según informa el Daily Mail. 


Los teléfonos móviles pueden llegar a quemar si la temperatura a su alrededor supera los 40 grados de temperatura y carecen de ventilación. En esa situación, los elementos químicos presentes en la batería pueden reaccionar de manera imprevista provocando una deflagración o calentando aún más el dispositivo, con el riesgo de provocar quemaduras alrededor.